Hace hoy siete años viví un momento verdaderamente intenso y emocionante.
Yo era el presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Extremadura (AJE Extremadura) y organizamos la 16 edición del Congreso Nacional de Jóvenes Empresarios. Alrededor de unos 200 jóvenes empresarias y empresarios de toda España participaron, pero también hubo numerosos representantes de Portugal e Iberoamérica.
Para la Asociación, en general, y para mí en particular supuso un gran esfuerzo organizar un evento así en mi tierra, pero contamos con la ayuda de la Junta de Extremadura, las Diputaciones Provinciales de Badajoz y Cáceres, el Ayuntamiento de Badajoz, el grupo de empresas públicas de Extremadura (GPEX) y un sinfín de patrocinadores públicos y privados.
La recompensa a un tremendo esfuerzo
Recuerdo que, meses atrás, le había pedido en persona al entonces Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, que acudiera a inaugurar el Congreso. Le dije que, al ser una asociación humilde y con muy bajo presupuesto, quizá su presencia fuera el empujón definitivo para poder llevar a cabo un evento de esas características y envergadura en Extremadura. Nunca olvidaré su respuesta: «Salvo que ocurra una hecatombe, allí estaré». Y estuvo, y yo se lo agradezco en el alma, ha sido la primera y única vez que él y la Reina han inaugurado un congreso de jóvenes empresarios.
No olvidaré jamás el momento de entrar en el Palacio de Congresos Manuel Rojas (gran amigo de mi padre que fue) de Badajoz, y ver la emoción en la cara de mis padres, y de tanta gente querida.
Fue la primera y única vez que los actuales Reyes de España inauguraron un Congreso de Jóvenes Empresarios.
Fueron dos días en los que acabé exhausto, pero que disfruté enormemente.